lunes, 29 de abril de 2013

Pere Bartrés 10 de Octubre de 1938

 

 



Dentro de la piel el día 10, del mes 10, del año 38 del siglo que viene.


A Francesca Lladós y otras hierbas y arbustos

Sabadell (capital de Arbeca la Seca)


Querida amiga: Para comenzar perdóname los disparates que preceden a estas líneas.

Doy por perdido aquel cayut (sic) que me secaba.
Me preguntas como sé que mi alegría es como la tuya. Pues bien, lo sé, porque aquel día la medí y no veía el final.

Estoy contento de que me hayas escrito una carta tan larga. Una vez en la vida me has adivinado el gusto.

¡Qué fuerte! Me troncho y ¡qué perogrullada! ¿Desde cuando para escribir más de cuatro líneas se tienen que hacer cinco? ¡Desde que el hombre sabe escribir! (las mujeres no las tenemos en cuenta, no vale la pena).

He aquí que yo después de 200 años que llevo pensando no podría encontrar el calificativo que me corresponde y tú en cinco minutos lo has encontrado: burlón, nada chica que tienes razón, y por consiguiente pierdo otra apuesta. Nada, estoy convencido de que con las chicas no se puede jugar, porque siempre se pierde.

Mentiras no ¿eh? Allí donde ha habido fuego no siempre quedan cenizas, pues ese día hice fuego con un fusil y sólo quedó el casquillo.

Eso de que cuando leéis mis cartas, me oís... me veis, etc. etc. no me lo trago, por la sencilla razón de que en España la televisión se usa poco, y menos en el frente.

Parece realmente que lo vea: las dos por la calle leyendo mis tonterías y tronchándoos para hacerme el honor. De buena gana os hubiera acompañado, porque después de haber leído las susodichas tonterías os pudiese añadir unas cuantas más oralmente, tal como lo hacíamos cuando salíamos de la Escuela. ¡Qué tiempos aquellos! Me vendería el coche (del vecino) para poder volver.

Me gustaría oírte cuando imitas mi voz; tiene que ser una cosa seria. Nada, con tal de oírlo, dentro de cuatro días te iré a ver para comprobarlo (además de ser tonto soy mentiroso, para completar mi suerte).

… “Quizás una fiel imagen de tu personalidad”: ahora soy yo el que me troncho, pues chica eso de las imágenes ya ha pasado de moda; y en cuanto a las personalidades sólo aparecen en el periódico.

Gracias por haber aconsejado, para complacerme, a la compañera Canal para que se alimente. Yo, de momento, por carta ya le envío una lluvia de chuscos (¿Quién los tuviera?).

Acabo de romper mi poesía y cuando acabe esta carta paro un taxi de los amarillos y voy a romper la vuestra.

Bien, por primera vez hoy, hablaré, mejor dicho escribiré seriamente: no es que yo le dijera a Boixaderes que os escribiera, como quizás os dije en mi anterior, sino que sencillamente, y no es por disculparme, le di vuestra dirección por si “quería” escribiros. Yo no le dije que lo hiciera, sino que le abrí el camino por si quería hacerlo, pues hemos de tener en cuenta que aunque por su propio impulso hubiera querido escribir ¡a donde habría dirigido su carta! si no sabía vuestra dirección. Siento que eso os haya molestado un poquito pues si lo hubiera sabido no hubiera obrado tal como lo hice


Cumpliendo vuestros deseos, le preguntaré en mi próxima si le pareció mal que yo le insinuase (quien sabe), dándole vuestra dirección, a que os escribiera. Pero pensé que como tenía el pensamiento ocupado en los temas que le afectan por ser miliciano de cultura de su Compañía, quizás no había pensado en ello y quizás también pensaba que a vosotras no os gustaría que os escribiese. Pueden ser tantas las causas que me impulsaron a darle, simplemente, vuestra dirección, que no ha lugar a decir que lo tengo domado.

A continuación leo unas cuantas cosas más que si las contases llegarías a creerte que me he puesto serio y aunque las líneas que acabas de leer “parezcan” muy serias, las he escrito con la sonrisa “particular” en los labios. Aunque me habrás de perdonar una cosa: El cinismo que pongo cuando escribo algo, no es broma. Te ruego que me lo perdones por ser un defecto natural. Nada chica, es mejor que hablemos en broma, pues al menos así no entrará el cinismo.

Siento que la censura te haya impedido leer algunas cosas, pero no importa, ya encontraré la manera de comunicártelas.

Me alegro de que la Faep, haya llegado a ser algo que es efectivo. Así se recompensa el trabajo de los y las que tan fervorosamente trabajáis por ello. Si tienes manera de hacerme llegar un boletín, hazlo. Supongo que no será muy larga vuestra espera para que podamos contribuir en el Boletín; cómo me gustaría hacerlo ahora mismo.

Verdaderamente habéis conseguido, como tú misma dices, con vuestras cartas, hacerme olvidar lo que nunca hubiera querido probar, o sea la guerra, pues cuando recibo una carta vuestra me parece como si realmente estuviera hablando con vosotras en la Escuela y paseando por la Rambla comentando lo bueno y lo mejor de nuestra vida o sea la vida del joven estudiante.

Es bien cierto que no siempre se puede estar de broma y mucho menos cuando piensa en los compañeros caídos, pero hago bromas porque pienso que quizás mañana yo puedo ser uno de los infortunados compañeros, y como mínimo habré disfrutado antes o habré alejado nuestras penas; ya nos llegará, si duramos, la edad de estar tristes; no debemos preocuparnos por eso, ahora somos jóvenes y no debemos preocuparnos por eso.

Mal número que tu carta tenga 13 líneas más que la mía. ¡Vaya! Ahora caigo que el 13 es el número predilecto de las mujeres… ¡ya decía yo!

En este momento son las 4 y media de la tarde del día 9 (la carta dice 10 porque saldrá mañana) y pienso que mientras que yo estoy haciendo guardia, mis compañeros y compañeras están llevando a cabo la obra benéfica en pro de nuestra causa.

Daría una fortuna para poder encontrarme entre ellos, que eran para mí como mis hermanos. De todas formas ya tendré ocasión de felicitarles y creo que personalmente. Mientras hay quien baila allá, nosotros la bailamos aquí, pero quien recrimine a mis compañeros es un traidor a la causa y a la República, pues ellos desde la retaguardia trabajan tanto como nosotros; es mejor así y si todos fuesen como ellos la victoria ya sería nuestra

En la primera de la dos obras que representarán, yo hacía el papel de “Coronel” y ahora.. ahora he ascendido: soy cabo. Nada chica, que viéndome joven me ascendieron “por un buen comportamiento”.

Suponiendo que me perdonarás la mala letra, dale recuerdos a Vilardell y compañía y tú recibe un fuerte apretón de manos de uno que espera muchas cartas tuyas y de tu amiga y que es

Pere Bartrés






viernes, 26 de abril de 2013

Pere Bartrés 21 de Septiembre de 1938






Dentro de la piel, el día 21 Septiembre 1938
 

A Cisqueta Lladós y otras hierbas
Sabatini

Amiga inolvidable (incluso durmiendo) Lladós:

Comparto tu alegría al recibir la tuya, aunque me juego un cayut (sic) a que la mía es más larga.
 

Y siempre coincidiendo, quería escribir otra vez porque creía que os habíais olvidado del pobrecito de mí. Pero querría una cosa, que vuestras cartas fueran tan largas o más que las mías, y así estaríamos en paz.

Me harás creer que estas cohibida para contestarme la carta y en cambio puedes estar segura que yo lo estoy, debido primero a que es interesante y emocionante y además por una fuerza mayor o sea que estoy cohibido porque la mesa donde escribo es pequeña.

Al final lograreis que me ponga serio. Primero me dices “exagerado” además “adulador” y por fin “no será tanto”. Y has de tener en cuenta (y ahora me juego una bola de aquellas de piedra a que tengo razón) que todo lo que yo digo es bien cierto y no hay adulaciones que valgan “ni mucho menos” (Tú con los admirativos, yo con las comillas).

Tú ya puedes permitirte que me rebaje por carta por la sencilla razón de que como he crecido quedaré a la misma altura.

¡Caramba! “momentos de verdadera emoción” solamente por oir contar el combate. Si hubieses estado allí, de tanta emoción quizás te hubieras desmayado.

Habrás pensado que me he vuelto loco al contestar una carta tan seria como la tuya de una manera tan bromista como la mía. “Procuraré” hacerla seria.

No tienes razón al decirme que exagero al hablar de aquel trozo de tu carta que se refiere al bosque de Can Feu, pues aquel trozo no fue la última vez que lo leí el día que recibí la vuestra.

Me parece que te ríes de mí con eso de que soy estoico. Ya sabes que no me rio de nadie... sólo una vez tras otra. (¿Es que no me podré poner serio? y tú tienes la culpa, ¿eh?)

He tenido una gran alegría al enterarme de que Canal está casi restablecida, más vale así y que le dure la buena salud. Lástima de que se haya adelgazado, pero aconsejarle que beba muchos huevos y coma mucha pechuga de gallina y patas de pollo, ahora que esto abunda y no va caro.

Mis compañeros reciben tu afectuoso saludo y me ruegan te lo devuelva. Así como el Vernet recibe humildemente la felicitación por su ascenso a cabo.

Mi poesía que te envié u “os” envié, no vale nada; hoy la he vuelto a leer y convencido de esto la quería romper porque todo lo que lleva no son más que mentiras que si las pudiese explicar verbalmente te convencerías.

No es la intuición lo que me ha hecho adivinar que el Boixaderes escribiría, sino que como yo le dije que lo hiciese, sabía que lo haría. Tendría que ser muy tonto para no “adivinarlo” .

Por la última Rambla que he paseado y al último cine que he ido está lejos de allí donde estoy ahora, está en la (-----). Según me dices no te puedes enterar. En la carta de Canal pongo más o menos la situación donde me encuentro.

Tienes razón al decir que no hay como la retaguardia, por más hambre que allí haya.

El frío estando en el lugar que estamos no lo sufrimos, pues las noches son frescas pero no llegan a frías. Y en cambio nos han dicho que allá donde habíamos estado nosotros, por el mes de Junio ya nieva.

No sé que daría para poder disfrutar de un “estallido de sueños” que tú misma y adivinándolo, dices que nos forjemos. Calcula tú que daría o mas bien dicho, daríamos, para realizar estos sueños si solamente para poder pasar una o dos horas en Sabadell daría todo lo que llevo encima.

Viendo que he sido un tonto al contestar en broma una carta tan bien escrita como la tuya, te ruego me perdones y te ruego también, que prometiéndote que esta carta me ha gustado más de lo que puedas pensar, la próxima tuya la supere.

Y suponiendo que no me queda nada más por decirte, recibe un fuerte apretón de manos de quien querría vernos pronto y que es

Pere Bartres

.- Perdona la mala letra

.- Recuerdos a Minó i Vilardell

lunes, 22 de abril de 2013

Pere Bartres 15 de Agosto de 1938










En campaña, a 15 de Agosto del 38 a Francisca Lladós
Sabadell

Compañeras, “Cisqueta” y Canal. Con gran alegría acabo de recibir las vuestras, después de leerlas me encuentro entusiasmado. Y me encuentro entusiasmado principalmente por haber recibido contestación vuestra, en un momento que estaba pesimista y porque gracias a ella me vuelve el optimismo. La segunda parte de este entusiasmo que os digo, es debido a que vuestras cartas están tan bien escritas, que me hacen pensar que desde que estoy fuera habéis prosperado tanto, que cuando vuelva seré, de la forma en que se pierde estando en la “mili”, como un analfabeto a vuestro lado. Pero vaya, tendré que tener paciencia, pues si bien me vuelvo, cada día más, como un zapato no es culpa mía, sino de la maldita guerra.

La sintaxis de vuestras cartas me gusta tanto que hace que las lea más de dos o tres veces. Incluso lo que Lladós en la suya me explica de mis dos cartas y se supone que yo no lo entenderé, le puedo asegurar que lo he entendido a la primera lectura.

Para no enredarme me dispondré a contestar vuestras cartas una después de la otra para poder contestaros punto por punto. Comenzaré por la que en este momento acabo de releer, o sea, la de la Lladós.

Veo bien, que haya esperado que llegara la otra carta, pues si el caso me hubiera pasado a mí, yo habría hecho lo mismo.

Por cierto, compañera Lladós, que me disgusté bastante en el caso de Boixaderas, pues llevándonos tan bien como lo hacíamos no sé por qué se había de separar; seguramente en la otra os lo comentaba; Si nos separamos fue por su gusto. De todas maneras puedes estar segura de que no le guardo ni gota de rencor, todo lo contrario, estoy esperando con mucha impaciencia noticias de él, pues el mismo día que os escribí a vosotras, si mal no recuerdo, le escribí también a él.

Y la preocupación que su respuesta es causa de que días antes de haber escrito la mía, en poder vuestro, del 26, tuve que ir a un ataque, del cual como podéis ver me he salido, y como que no podéis verlo, os lo digo, me he salido bien entero, pues a pesar de sentir durante un rato la muerte bien cerca, tuve la suerte de pertenecer el último día del ataque a la Sanidad de Brigada. En resumen, que estoy vivo, que es lo más interesante. Y lo bueno del caso, que es lo que quiero deciros, es que no fue sólo mi Brigada la que yo soy la que entró a formar parte del ataque, sino que entró también un batallón de la de Boixaderes. Podéis figuraros ya, el porqué de mi impaciencia, que no se acabará hasta que no sepa de un compañero tan bueno, como lo es Feliu Boixaderes. Podéis tener por seguro que tan pronto sepa de él os escribiré, si es que tengo la suerte de saber algo.

Mi parecer referente a este compañero es que aunque fueran solamente cuatro líneas

las escribiese, pues estoy seguro de que lo que dijo hace pocos días antes de marchar, o sea que no escribiría, no lo hará, a no ser que le falte papel.

Veo que en la tuya me vuelves a  hablar de aquella poesía, y veo que que me quieres hablar de ella muy seriamente, cosa que yo, puedes estar segura que desde hace tres meses y medio lo hago sin parar porque, chica, en la “mili” te hacen perder el humor. Bien, hablemos pues de la poesía: Hay tanta naturalidad en las palabras, en referencia al verso que me citas en la tuya, que al final me harás creer que tienes razón, cosa que me cuesta mucho de creer tan solo al pensar como os decía antes, en el atraso cultural que llevo. Pero esto de que “mi pluma no es suficiente para elogiártela” en esto seré tozudo, vaya. Yo considero, en este caso, que tu pluma puede juzgar con justicia igual que como la de cualquier otra persona que sepa más que tú. Así es que en la otra que me escribáis, como supongo que lo haréis, te agradeceré que no me hables de tu pluma, porque te rebajarías por tercera vez y eso no es adecuado para un estudiante.

Acabo de releer, no sé cuantas veces, aquel trozo de tu carta, que habla de los gorjeos de los pajarillos en el bosque de Can Feu, y este trozo me ha dejado de una manera que no sé ni como expresarlo, pero que es una sensación agradable, y eso es debido a que en lugar de parecer que ha sido escrito por ti, parece hecho por un poeta consumado. Vaya, que no me toca otro remedio que felicitarte de todo corazón, aunque no sea más que por un trozo de prosa, que cualquier día es posible que lo puedas transformar en un magnifico verso que es lo que a mí me gustaría. De la misma manera que tú elogias las bellezas del bosque y criticas la guerra, yo querría elogiarte con estas cuatro líneas tan sencillas, pero tendrás que imaginarte que está bien escrito, aún no estándolo y así me quedaré tranquilo.

Al final de la tuya leo que acabas ya porque se te ha estropeado la pluma, cosa que yo debería hacer porque he tenido que hacer una “tregua” escribiendo esta y ahora no encuentro el lápiz, pero mi perseverancia es grande (?) y busco un lápiz que sustituya al perdido, y continuo.

Estoy impaciente porque como me suponía, al ver las dos cartas hechas por la misma mano, Canal está enferma y ya querría mañana mismo vuestra respuesta y recibir una carta de Canal hecha por su mano y entonces se me pasaría la impaciencia. Pero vaya, debería tener paciencia y conformarme con repetiros que el deseo más grande es que se cure cuanto antes mejor, sino lo está ya, cuando recibáis ésta.

Como que esta carta la he tenido que hacer por etapas, puedo todavía hablarte del compañero Vernet y devolverte el saludo que con él me envías, pues hoy por la mañana ha llegado de una escuela de capacitación que tiene la Brigada, y ha llegado convertido en un “Cabo del Ejército del Este". Nos dolió mucho separarnos ahora hará un mes, pero bueno, por fin volvemos a estar juntos.

Hace unos días me encontré que en la compañía querían hacer un periódico mural para que todos los soldados o sino todos algunos hagan algún trabajito, como es una poesía, un dibujo o cualquier cosa por el estilo. Se me ocurrió hacer la poesía que a continuación os pongo y que la hice más por complacer a los compañeros que por otra cosa:



Innegable valor



Un ejército que destroza

es el ejército invasor

mas el nuestro no reposa,

y lo abate con el cañón.



El enemigo no titubea

en matar a diestro y siniestro

su deseo cuando bombardea

es dejarlo todo deshecho.



Pues cree que a nuestro pueblo

logrará doblegarlo,

cometiendo muchos crímenes,

pero a gente tan noble

no se nos ve ni temblar.



Una muestra bien patente

de tan innegable valor

son las pruebas de firmeza

del ejército defensor

que se hace ya su historia

por cierto nueva y ejemplar:

es llevarnos a la Victoria

que es por fin la Libertad.





No dudando de que este pequeño trabajo “no será” tan elogiado como el otro, recibe las más grandes pruebas de afecto que te puede enviar un amigo como es

 

Pere Bartrés





jueves, 18 de abril de 2013

Pere Bartrés 29 de Mayo de 1938



29 de Mayo de 1938



AÑORANDO VOLVER

Un jueves fatal marchamos

por el camino que va el soldado:

un camino lleno de espinas

de homicidios y maldad.
----

Conducidos como malas fieras

y sufrieron hambre y frio

nos llevaron por cuarteles

sin un poco de comida.
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Caminando mientras llovía

por las calles barcelonesas

acabamos aquel día

y empezamos una fatal noche.
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Una noche de tren muy larga

una noche siempre sufriendo;

al surgir la claridad del alba

bajamos gustosos en Vic.
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Para reconfortarnos

y a modo de desayuno

bebimos leche pero poca

comiendo un trocito de pan.
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Al ser más de mil

nos negaron la comida

y como todos estábamos desmayados

muchos decidimos marcharnos.
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Muertos de hambre y con cara triste

hacia la estación de Vic

íbamos solos... sin guía...

pero todos con firme deseo.
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Esperamos mucho rato

nerviosos y cansados

a que viniese en buena hora

el que nos devolviera al hogar.
---

Pero la suerte nos fue contraria

y vinieron rápidamente

soldados encañonándonos con el arma

y obligándonos a regresar.
---

Tan ligera protesta

nos valió por una comida

que habiendo caído la tarde

no fue más que una triste cena.
---

Se acercaba la hora

de buscarnos una buena cama

que nos ofreció una gente muy buena

para pasar aquella noche.
---

Pero se nos alargó la estancia

en la mencionada ciudad

pudiéndonos quedar en la casa

que jamás hemos de olvidar.
---

Y pasada una semana

nos ordenaron marchar

deshaciendo por suerte muy deprisa

un camino que había sido muy largo
---

Pasamos muy cerca de casa...

pero pasamos de largo

continuando nuestra marcha

hasta el pueblo de Calaf.
---

De nuevo surgieron más penas

siete horas a pie y lloviendo

y siempre vigilados como fieras

y en cambio somos dóciles cachorros.
---

Y por fin a Sanahuja

llegamos todos cansados

después de una marcha dura

que nos dejó muy agotados.
---

Al día siguiente de la llegada

nos repartieron por el campo

le llamamos campo porque por ahora

vivimos en un lugar aislado.
---

Y cada día se acerca

el ir hacia allá delante

pero el ir no nos asusta

nos asusta no volver.
---

Son muchos los hombres que vuelven

por ellos mismos, sanos y salvos

pero otros cuando los traen

están heridos o enfermos.
---

Esperando que la desgracia

no la tengamos demasiado cerca

olvidamos lo que nos asusta

cargándonos de valor.
---

Y si todos los que allá luchan

con las armas en la mano

nos recuerdan que defienden

añoradas libertades

serán hombres que son dignos

de una paz sin fin

y estos hombres están en las filas

del Ejército Popular.
---
Sanahuja 23-5-38

Esperando que os haréis cargo de las faltas y de la mala letra, debido a la prisa que llevo y esperando también me escribáis pronto, se despide vuestro compañero

Pere Bartrés

Remitente:

Pere Bartrés

10 Cuerpo Ejercito – 24 División

Base Instrucción Divisionaria

3ª Compañía. 2º Batallón – Base 8ª C.C

Ejército del Este


Acabo esta el 29-5-38 y si tardo un poco más le salen telarañas.






lunes, 15 de abril de 2013

María Villa 1 de noviembre de 1939



San Pol de Mar, 1º de Noviembre de 1939

En el primero de noviembre de 1937 fue cuando tuvo lugar la inauguración de nuestro Instituto que fue un nuevo hogar para todos los que tuvimos la suerte de formar parte de ella y es en dónde, indudablemente, se pasan los mejores días de esta juventud nuestra tan cantada por los poetas.

¡Cuántos recuerdos van unidos a esta fecha! ¡Cuántas cosas agradables surgen en mi mente volviendo a tomar forma y a revivir! Escenas impregnadas de dinamismo … risas... graciosas anécdotas … chistes ingeniosos... pequeñas preocupaciones estudiantiles … ¡Qué alegría más pura reinaba en todos nosotros ! Sabíamos que había una tarea a cumplir y a todos nos animaba en el cumplimiento de la misma, aspiraciones de superación, ganas de ser lo más útil posible a la sociedad en la que vivimos y dejar nuestra condición de miserables gusanos vegetando por la tierra... Y en esta lucha éramos felices.

¡Ah! pero... esta felicidad nuestra (por dejar de ser una excepción) no era completa. ¡La guerra !. La fatídica guerra suspendida amenazadora sobre nuestras cabezas al igual que la espada de Damocles sembraba nuestro interior de dudas y temores. Por desgracia, bien pronto nos dejó sentir su terrible poder arrancando de nuestro lado a los mejores compañeros. ¡Qué vacío dejaron en nosotros! Su ausencia no nos permitía disfrutar las delicias de nuestra situación y todos teníamos un único anhelo: que acabara la guerra y que pudiéramos reunirnos otra vez todos juntos.

Por fin se presenta la Paz ¡Tan añorada! Y con ella los que nos tuvieron que abandonar; pero...¡oh desdicha !. ¡Que no volvieran todos, no! ¡Siete compañeros faltaban! Canet, Valls, Vila, Martínez, Pascual, Durán y Comas. Siete compañeros que llenaron de dolor a sus respectivas familias y a nosotros que los esperábamos con tanta ilusión. No pudimos acabar la obra

que juntos comenzamos y cayeron regando con su sangre noble y generosa el suelo de nuestra querida tierra.

¡Y en este día de tantos recuerdos, en este día que señaló una nueva ruta en nuestra vida, que nos llevó a un mundo desconocido y de tan amplios horizontes, a Vosotros va dirigido mi pensamiento y homenaje!¡A vosotros queridísimos compañeros, que dormís en el sueño de los que no sufren! Mi mente queda grabada con vuestro recuerdo, jamás de ella podrá borrarse y será lo que me guiará en el camino que unidos y con tantas ilusiones comenzamos.


¡¡Gloria a Vosotros Compañeros !!


María Villa

viernes, 12 de abril de 2013

Magda Fornells 1 de noviembre de 1939

 
 


 
¡Primero de noviembre! Cuantos y cuantos pensamientos vuelven a mi mente en esta fecha, alegres primero, tristes después. Es como si se reprodujesen en una pantalla las escenas de mi vida de dos años atrás.
Recuerdo primero los días felices y llenos de alegría que se sucedieron a los gloriosos de la inauguración de nuestro siempre añorado Instituto. Todo fue alegría, hasta el día lluvioso, como si la Naturaleza llorara con nosotros, aunque silenciosamente, la marcha de los primeros de nuestros queridos compañeros de estudio.
Pero el destino nos tenía reservados otros desengaños. No sabíamos que pocos días después otros compañeros más jóvenes todavía y tan queridos como los primeros nos dejarían.
El vacío fue todavía más grande, pero el Instituto aparentemente seguía igual. Nadie habría descubierto en el fondo de aquellos jóvenes alegres y alocados, un corazón lleno de añoranza y amor hacía los compañeros ausentes.

Fueron días tristes los que sucedieron a estos; en todos nuestros hechos, jugando, estudiando, en las conversaciones con los compañeros llegados cuando ellos ya estaban fuera, siempre el tema de nuestras conversaciones era contar los hechos más sobresalientes y las gracias de nuestros añorados compañeros. Cuando llegaba a nuestras manos una carta de uno de ellos, la alegría era grande, se leía en clase y todos querían ser los primeros en leerla. Estaban contentos, no les faltaba humor ni entusiasmo y todavía sabían hacernos reír con sus salidas.
No sabíamos tampoco que siete de ellos no volverían, Martínez, Valls, Durán Vila, Canet, Comas y Pascual. Estos nombres no se borrarán nunca más de nuestra mente y cada uno de ellos nos recordará un querido compañero que cayó, y un dolor que ni el tiempo que todo lo borra podrá hacernos olvidar a ninguno de nosotros, a los compañeros de penas y alegrías de estudiantes y es por eso que dedicamos estas humildes letras, que no quieren ser un trabajo literario a los familiares de los caídos, como recuerdo de nuestro cariño y de nuestro dolor por su pérdida.

Magda Fornells

Barcelona, 1 de noviembre de 1939  

lunes, 8 de abril de 2013

José Aloy Anell 1 de diciembre de 1939


Gironella, 1-11-39

Sirvan estas líneas para rendir un homenaje sentidísimo a la memoria de José Canet en nombre de una amistad forjada en momentos de ensueño juvenil y de superación continuada.

El hado adverso segó una vida en flor cuando más podía esperarse de ella. Grande fue el dolor de los que nos contamos como amigos suyos; y es que la amistad, cuando es plenamente sentida, adquiere categoría de parentesco y más en nuestras edades juveniles pletóricas de sanas ilusiones y de quimeras aladas.

La vida tiene sus momentos de dolor. Demetrio nos dijo referente a ella estas palabras magníficas: “Nada me parece más digno de lástima que un hombre a quién jamás sucedió cosa contraria.” Y Séneca dice: “¿Por qué prueba Dios a los mejores con enfermedades, luto y otros males?”. Por lo mismo en la guerra se ordena lo más peligroso a los más valientes.

El esfuerzo llama en sí a los mejores.

José Canet, amigo del alma; tu recuerdo estará siempre presente en mí, para ti serán mis oraciones y mis súplicas. A tus familiares renuevo la expresión de sincera condolencia.

A mi memoria acuden las palabras del filósofo: “Le parecemos a Dios dignos de que se pruebe en nosotros cuanto es capaz de resistir la naturaleza humana”.


José Aloy Anell

viernes, 5 de abril de 2013

Florenci Mimó 23 de abril de 1940



¡IMPORTANTE! Poderoso narcótico
Se recomienda sea leído por etapas
Madrid, 23 de Abril de 1940
Inolvidables Teresa y Francesca:
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Dejando, pues a parte todo esto, debo deciros que las “fotos” me gustaron mucho y en cuanto a mi físico en la pequeña quedé con una cara realmente ¡apolínea! En cuanto al aspecto del paisaje parece que nos encontramos acampados en el desierto del Sahara o en plena estepa siberiana y eso me hace quedar mal ante los naturales de la estepa castellana, que me preguntan si eso es la ponderada exuberancia de nuestra Cataluña . Después de deciros que me gustaron las “fotos”, parece que os esté haciendo una crítica rabiosa. No, lo cierto es que quedaron muy claras y que los protagonistas del “drama” quedaron todos muy aceptables, y era esto lo que interesaba.
La excursión a Guanta me dejó con muchas ganas de volver a hacer otra muy pronto, que no dudo tendrá al menos el éxito de aquella. Ya me contareis si es que hacéis alguna otra durante estos días.
Os he enviado una postal del “Retiro” para que veáis que por Madrid también disfrutamos de paisajes más o menos naturales, con árboles de verdad y lagos con pececitos de colores. Los domingos por la tarde se pasean por aquí verdaderas bandadas de nodrizas con las respectivas criaturas, las cuales mientras las primeras cortejan, disimulan y se entretienen tirando pan a los peces. El estanque queda a esta hora cubierto de papeles, envoltorios de meriendas, al mismo tiempo que los propietarios de los bares al aire libre hacen el agosto y los vendedores ambulantes, se desgañitan anunciando sus mercancías: “Hay pipas, tostás y salás!!!...” “¡¡Al rico helao!!” “Tortas, suizos y pichis”, ¡¡mire que ricos!!”.
No obstante esta clásica estampa madrileña, más típica que agradable, hay otras horas que el parque tiene muchos atractivos que invitan a dar un paseo.
Una novedad de interés: podéis ir al cine descansadas, que ya no hay “Baile de ramos”, (Al menos aquí).
Y hablando de cine, el otro día descubrí un cine ideal para nosotros, (nosotros somos los soldados). Está situado en el suburbio-barrio de “Vallecas “, uno de los más extremados extremos de la capital, y digo que es ideal en cuanto al módico precio y más extensos programas que en los de los lugares céntricos. En los restantes aspectos, psé, psé... La entrada recuerda una de aquellas barracas de feria, donde lo que ocupa el lugar presidencial es la “taquilla” y son visibles hasta cosa de kilómetro y medio los precios con el correspondiente subsidio. Con el compañero que iba nos aproximamos a aquel tenebroso agujero e interrogamos al “taquillero” (no disponían de esta cosa ornamental que son las “taquilleras”) sobre que filas quedaban vacías, comunicándonos que podíamos escoger la que realmente nos diese la gana. Después de pasar a ser propietarios de dos de aquellos mágicos papelitos que se suelen llamar entradas, fuimos a visitar un poco las características del barrio, que tiene un parecido más o menos aproximado a Shanghái o Sant Quirze, y una vez creímos llegada la hora oportuna de empezar el espectáculo fuimos a meternos en el distinguido “Cine Frutos”; este es su nombre. Atravesada la cortina que nos separaba del mundo exterior encontramos dos acomodadores que en acalorada discusión comentaban la desaparición de un tercer acomodador lo que les ponía en un angustioso problema; por tanto los dejamos en la búsqueda y persecución del mismo y nos acomodamos nosotros solos. El interior del local correspondía al aspecto de fuera, pero aunque de reducidas dimensiones pudimos ocupar un lugar estratégico. El resto de los espectadores se componían de las siguientes variedades: mujeres con criaturas, hombres con criaturas, o hombres y mujeres con criaturas y criaturas solas. Esto hasta el 50%; el otro 50% estaba integrado por parejas de enamorados, convenientemente camuflados por ángulos a media luz, y por soldados, entre ellos nosotros dos. Para amenizarnos el espectáculo y llenar el silencio de la sala que resonaba a vacío, el vecino de atrás, leía en voz alta a su acompañante los títulos del film; el de más allá le contaba que si este era el “chico” y que ahora saldría el “traidor”; las criaturas menores de tres años lloraban a coro cuando aparecía en escena el “Boris Karlofff” ( con tres “efes” hace más efecto), los mayores silbaban y aullaban cuando la “chica” era salvada por el “bueno”, y todo el mundo, todo el mundo, (¿lo calificaréis de inmodestia si os digo que “nosotros” dos éramos una excepción?) roía “pipas”, la clásica comida madrileña, produciendo el ruido normal que producen las mandíbulas al chocar entre sí.
Pero, vaya, como que el programa estuvo bien y salimos satisfechos no hubo derecho a reclamación.
Es posible que digáis que no hay derecho a ensuciar tanto papel para deciros todas estas tonterías, pero, ¿ creéis que un soldado puede contar alguna cosa interesante? Si, podría explicaros todavía, que ayer comimos garbanzos, que hoy hemos comido garbanzos, que mañana comeremos garbanzos y que hace ya X? meses que comemos garbanzos y que el día que no podamos comerlos puede ser que los encontremos a faltar de tan amigos como nos hemos hecho. Todos nuestros ideales y preocupaciones se reducen a pensar si la carne será hoy más o menos dura y si nos tocaran dos trozos de más o tres de menos. Toda una perspectiva....
Como ya sé que sois comprensivas y que os haréis cargo, por eso me aprovecho.
Estoy ya esperando carta de Lluís pues le contesté ya hace días la suya. Supongo que habrá ido recibiendo las vuestras que se habían retrasado.
Teresa, Antonieta me informo de tu nueva colocación; me gustaría mucho que fuera de tu agrado y que resultase bien, ya que con una colocación fija puede ser que ya no tendrás que pasar tantas angustias. Y el asunto de las gorras, ¿No lo has continuado? Ya me explicarás un poco tus nuevas ocupaciones. A ti Francesca supongo que no debe haberte variado casi la situación.
Os ruego que si veis a Carmina le deis recuerdos de mi parte, así como a su hermano o algún otro componente de la excursión. Saludar también, como es natural, a vuestra familia.
En espera de nuevas vuestras, recibid un fuerte apretón de manos de vuestro amigo,

Florencio

1) . En el lugar ocupado por la rayitas va el párrafo destinado a desear buena salud como es la mía. (G.a D.) y a disculparme por la tardanza, etc. etc., que como ya lo pongo en cada carta no es necesario que lo repita. - N. del T.

lunes, 1 de abril de 2013

Florenci Mimó 9 de febrero de 1940





Madrid, 9 de Febrero del 1940


Queridas amigas:


Vuestra carta ha llegado puntualmente y sin novedad a mi poder, produciéndome la satisfacción que podéis comprender.

Siento de verdad que “papá invierno” os haya hecho pasar tan malos ratos con grave peligro de destapar la ración de constipados que creo que todos llevamos en el interior de nuestro cuerpo. Creo que tienes una buena parte de razón, Francesca, de no querer plantar mucha cara a este frio condensado que la presente estación deja caer sobre nuestras cabezas, ya que además de la irritación que produce en nuestros sabañones, una vez pasan unas cuantas horas, además de perder la belleza que le daba su blanca tonalidad, es un gran peligro para nosotros, desdichados peatones que hemos de deslizarnos sin patines por su helada superficie.

Ahora, al menos por aquí, y creo que será en general, ya ha pasado el peligro. -Señores, pueden salir tranquilamente de los refugios y lanzarse a la calle, que el frio se ha dado por vencido y ha optado por dejar paso al buen tiempo-.

Después de unos días de niebla baja, espesa y húmeda que se introduce hasta el tuétano de los huesos, el sol sacó la nariz, primero tímidamente y después con valentía, fundiendo los últimos restos de nieve que habían quedado por lugares inexplorados.

Como fue en domingo el día de este feliz acontecimiento, quisimos compensarnos los días de clausura total, al mismo tiempo que desentumecíamos nuestros miembros ya encogidos, y nos aventuramos junto con un compañero a salir de la urbanización lanzándonos a las afueras, estos tristes campos deforestados, desolados y sin árboles, socavados de trincheras y sembrados de hierros viejos que en días ya casi remotos, fueron mortíferos. Los estanques y charcos de agua estaban helados y el interior de las fortificaciones con un buen grueso de nieve, todavía. Los pocos árboles o arbustos que quedaban de pie fueron podados o arrancados a golpes de hacha por un tropel de míseros niños y mujeres que buscaban en la naturaleza lo que la civilización no les da para calentar la fría casa.

Nos adentramos otra vez por las calles malolientes de gasolina, metiéndonos por las bocas oscuras y olorosas del “Metro” cansados de tanto saltar por encima del laberinto de trincheras y con los zapatos pesados del grosor de barro que llevaban, pero no obstante habíamos respirado un poco de oxigeno y el sol nos había tocado de lleno... Y nuestros estómagos acostumbrados al rancho se tragaban sin problemas lo que, humeando todavía, nos esperaba.

¿Será factible que cuando pueda volver a ir podamos llevar a cabo una excursión de verdad?... ¡¡Y pueda ver montañas y pinos y ríos y vegetación frondosa!! Cosas estas, que la Naturaleza ha negado a este terreno poco afortunado.
Respecto a las “fotos” no me corren mucha prisa, ya que para tener un sobresalto en cualquier momento estoy a tiempo. Mejor que me equivoque, ¿no?

Me alegro que al menos fuese de vuestro gusto la película “Horizontes perdidos” que no dudé en recomendaros pues me parece que ha de gustar a todos los amantes de la naturaleza.

Aquí la han de estrenar todavía, igual que otras muchas de las que en Barcelona ya son viejas. No obstante no me preocupa mucho ya que por ahora he dejado de ser asiduo concurrente a los locales cinematográficos, por el doble motivo de economía y falta de tiempo, y sólo pienso acudir a proyecciones de excepcional importancia. Las lecciones escolares se cuidan de llenarme el tiempo en que podría intentar visitarme la monotonía.

Una novedad lastimosa en contra del arte y el buen gusto tengo que daros. -Buscar en el bolsillo y sacar un pañuelo para recoger las lágrimas que inevitablemente han de caer de vuestros ojos- ¿Os acordáis que os hable de la decoración hasta arriba de nuestra habitación con toda especie de recortes de caras agradables? Esto hacía de nuestra habitación la más elegante y admirada de nuestra morada, cuando de pronto la noticia de que tenía que venir a hacer revisión general una elevada personalidad de nuestro ramo, nos obligó a la ignominiosa y indignante empresa de arrancar todo cuanto allí había de atrayente y decorativo, dejando las paredes más lisas que un cielo sin nubes. Además nos vimos obligados a pasar toda la mañana entera, con los botones más que abrochados atenazados, desde la punta del zapato hasta el de arriba de la nuez del cuello.

Todo para ver en el espacio de unos segundos, una puerta que se abre, una voz que manda: “en pie”

un ruido desorbitante de sillas que se mueven y pies que se levantan sobre su base, una cara que aparece en el dintel y expande con la garganta un sonido que se supone es de aprobación... La puerta se cierra, todo el mundo lanza un suspiro de satisfacción, los botones que oprimían se desabrochan y todo vuelve a la normalidad.

Os ruego me perdonéis si he dejado escapar algún lapsus ortográfico como también si os he aburrido con tanto rollo. Sólo os pido que os venguéis, si el tiempo y las ganas os lo permiten, con otro tanto.

También os suplico me excuséis si no puedo contestaros siempre en nuestra lengua, pero como podéis comprender me comporta algunos inconvenientes. Ah!!... ¡¡Si todos los “catalanofobos” que hay por aquí sospechasen lo que estoy haciendo!! Cómo "rechinarían” los dientes y me morderían con todas sus fuerzas si pudiesen, Y además es muy indignante tener que escribir en dos papelitos, uno encima y otro debajo, para evitar las miradas indiscretas que sondean con curiosidad... “Marditos curiosos”.

Bien, pero todo ha estado compensado por la satisfacción de poder escribir TODA una misiva en nuestra lengua catalana.
(¡¡Otra línea que me sale en pendiente!! Esto es por culpa de los papelitos que os decía, que no me dejan tener una visión global y  me hacen ir torcido)

Hasta pronto


Florencio

Recuerdos